¿A tres metros sobre el cielo?

No hace mucho que vi la película de Mario Casas y de María Valverde. Es una de esas películas “facilonas” para una de estas tardes tontas en las que sientes que el mundo no tiene nada más interesante que ofrecerte. Llamas a dos amigas que les apetece el mismo plan y con mantita y sofá, te metes de lleno en la historia de amor de los típicos adolescentes que salen en la gran pantalla.

Ella, la “super chica” que se esmera en sus estudios, se compra los vestidos que más ansían llevar las adolescentes de hoy en día, y, cómo no, se prepara para encontrar al amor de su vida.

Él, el “super chico, super guapo”, macarra y ligón. Le gusta la violencia, el riesgo, las motos y vive la vida como si cada segundo fuera el último. Por supuesto, se enamora locamente de la chica y hace las cosas que más deseas que hagan por conseguir tú amor, por lo menos cuando se tiene 15 años.

                                           

¿Y os preguntareis porque un día como hoy hablo de una película como ésta? Realmente no es porque la recomiende especialmente. Es entretenida, pero tampoco da mucho más de si. Pero justo hoy leyendo la prensa, mientras me tomaba el café, he pensado que voy a necesitar una buena dosis de trivialidad con películas como estas para poder soportar lo que queda de semana.

Y es que ir a tres metros pero bajo tierra, a partir de hoy va a costar muy, pero muy caro...

Se avecina una subida, eso si, para "combatir" la crisis. Pero desde luego no la del ciudadano común, sino la de las altas esferas, no vaya ser que su coche oficial deje de ser un Bentley y tengan que ir en un Ford Fiesta.

Lástima no tener a un “super chico” como Mario Casas que te venga a buscar todos los días en su “super” Harley Davidson.